—Presentás Abracadabra el 1, 2 y 3 de setiembre en el Teatro Metro de Montevideo, ¿en qué se diferencia de las comedia anteriores que has encabezado?
—Abracadabra tiene el mismo código de las que venimos
haciendo desde hace seis años en Carlos Paz. Es una comedia para toda la
familia en la que sorprendemos por todos lados y esta vez agregamos
interacción con el público. Además la historia se adapta al elenco que
tenemos: El Polaco canta, con Flor (Vigna) bailamos, Freddy (Villarreal)
hace imitaciones. Lo que hubo estos años fue un proceso de crecimiento a
nivel de producción y conocer más al público al que apuntamos. Nuestro
objetivo es que la gente disfrute de una linda comedia pero también de
un buen show.
—¿Disfrutás de las giras o te cuesta alejarte de tu familia tantos días por trabajo?
—Es la parte dura. Yo la paso bien porque tenemos un
elenco con el que nos divertimos muchísimo, y también está bueno conocer
lugares y estar cerca de la gente. Aunque es cierto que se extraña a la
familia. La dejo a Pau (Cháves) sola con los dos...
—¿Identificás de algún modo al público uruguayo?, ¿te escriben en las redes?, ¿te van a ver al teatro en Argentina?
—Cuando avisamos que hacemos gira, siempre Uruguay es
el lugar del que escribe más gente pidiendo que vayamos. Fui mil veces a
Uruguay pero cuando fuimos con la obra me llevé un gran recuerdo del
teatro lleno y mucho cariño del público. Fue maravilloso y lo digo
siempre. Es un lugar en el que la pasamos muy bien y nos encanta ir.
También me acuerdo que cuando hicimos la comedia en calle Corrientes
había una semana de julio que eran las vacaciones de Uruguay y el teatro
se llenaba de uruguayos. Yo le decía a Lizy (Tagliani) que probara
saludar a Uruguay con el personaje en la obra, y cuando ella lo decía el
público explotaba. Como el 70% del público era uruguayo.
—Muchas de las personas que surgieron como personajes laterales de Bailando por un Sueño
tuvieron su momento de fama pero pasaron al olvido. ¿Cuál dirías que
fue tu clave para mantener la popularidad después de seis años de
aquella primera aparición en la pista?
—Hay que trabajar mucho para aprovechar el envión y
la magia de Marcelo (Tinelli). Yo desde el primer año hice una comedia
en Carlos Paz y después no paramos. Algunos me decían que aprovechara el
momento para hacer presencias en boliches que daba más plata, pero yo
quería hacer una carrera. Hay que saber tomar decisiones porque en ese
momento te ofrecen de todo y uno tiene que mantenerse firme a sus
convicciones. También fui aprendiendo y creciendo. Los primeros años
podía decir cualquier cosa en la obra y la gente se reía igual porque
tenía como un crédito por ser la novedad, pero después eso se va
perdiendo y uno tiene que hacer otras cosas.
—¿Este año entraste a Bailando por un Sueño sabiendo que al poco tiempo ibas a renunciar?
—Sí. Todo empezó el año pasado, cuando yo no estaba
muy convencido de hacerlo. Después pasó que logramos el objetivo de
ganar, y como la costumbre dice que los campeones tienen que volver,
tomé la decisión de arrancar y después dar un paso al costado. Por
suerte salió todo bien.
—¿Por qué para vos era tan importante ganar el Bailando?
—Es mi forma de enfrentar la vida. Si me cruzo con
Freddy y jugamos a "piedra, papel y tijera" voy a querer ganar como sea.
Yo dejo todo en la cancha. Además estábamos muy involucrados con el
sueño. Y también en lo personal era un logro que quería conseguir.
Sentía que lo merecía y pusimos mucho esfuerzo para alcanzarlo.
—¿Por eso te afectó tanto cuando quedaste eliminado en 2014?
—Sí, es esa cuestión de dar todo y quedar por el
camino. A mí no me da vergüenza llorar porque era como una demostración
de todo el esfuerzo que había hecho. Aquella noche no esperaba quedar
eliminado, y cuando me quise dar cuenta ya estaba afuera. Lo sufrí, fue
muy duro. No lo voy a superar nunca, por más que después haya ganado.
—¿Cómo te llevás con Agustín Casanova, que quedó en tu lugar en el certamen y con quien bailaste la salsa de a 3?
—Lo admiro mucho. Es sencillo, humilde. Tiene
chistes muy malos pero es un fenómeno. Nos conocimos entre pasillos el
año pasado. Yo había hecho mucha fuerza con Marcelo el año anterior para
que vayan a cantar con Fer (Vázquez). Pegamos muy buena onda y este año
cuando surgió la posibilidad de que mi reemplazo sea Agustín me puse
muy feliz. Nos divertimos mucho ensayando para la salsa y es un placer
saber que él ocupa mi lugar. Me encanta verlo con Flor, la van a romper.
—¿Que tiene la relación tuya con Paula que hizo que la gente se enganchara tanto con la pareja?
—Es difícil saber eso. Al principio muchos dudaban
de que fuera verdad, pero para los que creían fue como una novela con
gente real. Cuando recordamos cosas pensamos que fue muy mágico todo lo
que nos pasó y lo que nos sigue pasando. Estamos muy agradecidos con el
cariño de la gente.
—¿Cómo recordás el inicio del romance en la pista de Showmatch?
—Yo tenía dos lindos problemas cuando estaba en el costado de Showmatch
como asistente de producción. Uno era que estaba mi jefe, y yo no tenía
mucha relación con Marcelo (Tinelli). Cada vez que venía el micrófono
yo tenía los nervios de no pasarme de vivo, porque pensaba que si me
pasaba de gracioso me podían echar. Y después tenía los nervios de
conquistar a la chica. Ir al programa para mí era como ir boliche
sabiendo que está la chica que te gusta. Tenía muchos nervios. Hice
tantas cosas que hoy las pienso y digo "¿cómo cantaba así tan mal?, ¿qué
hacía?". Era todo para conquistarla, pero no tomaba mucha dimensión de
lo que decían los demás. Al principio el mundo exterior se apagaba y a
mí solo me preocupaba enamorarla a ella. Me empecé a dar cuenta de los
comentarios cuando empezamos la obra y recibía el cariño de la gente.
—¿Te proyectabas desde el principio casado y con
hijos con ella o en algún momento pensaste que podía terminar en un
juego mediático?
—Al principio había dudas de los dos lados porque no
nos conocíamos. Yo no sabía qué era real y cuánto ella podía estar
jugando porque le servía, y lo mismo podía pensar ella de mí. Pero en lo
personal yo estaba convencido. No tenía dudas: visualizaba una familia
con ella y sabía que podía pasar. Y a medida que la fui conociendo me
fui convenciendo de todo lo que me pasaba con ella.
—¿Cómo la viste en el jurado del Bailando?
—Me encantó verla ahí. Es un orgullo muy grande
porque es un lugar muy importante para los dos. No me hubiese gustado
tenerla de jurado porque después dicen "ah, es el marido y le va a poner
10", entonces termina pasando al revés...
—¿Cómo tomó tu hija Olivia (4 años) la llegada de Baltazar (10 meses)?
—No tuvo celos pero por ahí le hace algún berrinche a
la madre porque ella también quiere su lugar. Paula está siempre con él
porque todavía es un bebito. Igual nosotros somos de hablar mucho con
ella.
—¿Cómo manejás la exposición de tus hijos, Olivia y Baltazar?
—Lo manejamos de manera muy relajada. El año pasado
cuando yo bailaba se habían generado muchos memes de ella y era medio
raro. Pero mantenemos nuestra privacidad muy bien. Si nos pinta subimos
fotos pero no estamos exponiendo todo el tiempo. No es algo que nos
preocupe ni que te tomemos medidas para eso.
—¿Cómo te sentís al haberte sumado a la ficción Las Estrellas?
—Muy bien. Me recibieron con muy buena onda. Es un
programa que funciona mucho y eso ayuda. Me estoy divirtiendo y me
encanta hacer comedia en la tele.
—¿Se te exige más por venir del lado del show mediático?, ¿sentís esa presión?
—Lo siento pero estoy tranquilo y escucho a los que
saben: al director, a Adrián Suar. Me refugio en ellos y ellos confían
en mí. La mochila de venir del Bailando siempre va a estar y yo
soy consciente de eso. Puedo estar 20 años trabajando en la tele y
algunos van a seguir diciendo eso. No me afecta porque estoy seguro de
lo que hago.
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