domingo, 14 de septiembre de 2014

Los tapados de Showmatch

El Tirri, Lizy Tagliani, Peter Alfonso y El Cuba son cuatro buenos ejemplos de cómo Tinelli potencia a los personajes que aparecen en su programa y luego comienzan una vida mediática. Una charla sobre lo que les pasó y sobre lo que creen que les pasará después del boom.
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Dos peluqueros, un productor y el primo. Bien podría ser el elenco de una obra de teatro revisteril. Pero no es el caso. Ellos son los laburantes “elegidos” de ShowMatch. Peter Alfonso, Luciano “El Tirri” Giugno, Lizy Tagliani y la última incorporación de Bailando...,Sixto Javier “El Cuba” Valdés Scull, trabajan en el detrás de escena del programa y comparten -cada uno a su manera- la fortuna de haber estado en el lugar y en el momento justo para ser bendecidos por Tinelli. Y eso, en la televisión de éstos días, es sinónimo de pasar (casi) del anonimato a la popularidad.
Es noche de grabación doble en Ideas del Sur. Los pasillos de la productora se llenan de maquilladores, peinadores, vestuaristas y productores que atienden a las figuras. Hay que esperar algún hueco en el cronograma para charlar con ellos. Peter baila primero esta noche, y tiene que ensayar. Lizy se está terminando de producir. El Tirri vino sólo para la nota, con algo de fiebre a cuestas. Y “El Cuba”, bueno, él es el jefe de peluquería, ésta es como su segunda casa. Con el hombre que hizo llorar a Marce -y marcó uno de los picos de rating esta semana- arrancamos.
“Yo pensé que era un pase por la pista nomás (bailó el trío con Hernán Piquín y Cecilia Figaredo). Lo que pasó después, ni remotamente lo esperaba. Fueron sentimientos encontrados. Esta cosa de ‘qué bueno y qué hago ahora’. Esa noche no pude dormir. Cuando me di cuenta, pensé: ‘Ya estoy en la rueda’. No me desagrada pero no era lo que buscaba”.

-¿Cómo se llevan con este momento de fama?
Cuba : Lo mío es muy reciente. No sé si siento que soy famoso. Porque yo no hice nada para querer serlo. Acá tienes oportunidades, porque el medio te lo proporciona. Y en ningún momento a mí se me ocurrió resaltar algo para que me vieran.
El Tirri: La estoy pasando muy bien. No me lo esperaba. Pensé: ‘Espero quedarme dos, tres galas, por honor a la familia, que no me eliminen primero’.
Lizy : Plena felicidad. Es como despertar de algo que soñaste siempre y estar viviéndolo. Es confundirte, no saber si es verdad, si es una fantasía de cuando jugaba encerrada en el baño a ser actriz.
Pedro: Muy feliz. Además, me acabo de casar. Y encima, con esto del Cuba, que es mi amigo y lo quiero mucho, se me renovó todo. No paraba de llorar viéndolo a él. Me acordé de todo lo que me pasó a mí al principio. Fueron días muy movilizantes.

-¿Qué se pierde y qué se gana con pasar de ser un desconocido a ser mediático?
Cuba: Lo mío es muy reciente. Recién salí del huevo. Pero pude ver el cariño que la gente de Ideas me tiene. Ver que a todos les alegró tanto o más que a mí. Eso es una ganancia. Las pérdidas ya las veremos en el resto del camino.
El Tirri: Perdés horarios para hacer cosas que me gustaban a mí. Por ejemplo, yo hacía spinning a la mañana todos los días. Pero a mí no me cambió en nada. Igual, es una locura. Tengo un público que abarca de nenes de 7 años a señoras de 75. Para todos soy El Tirri, es muy raro. A mí ya me iba muy bien con la agencia, pero ahora todo se potenció. Y las presencias (en boliches), acá me las prohibieron, pero afuera tengo un montón. Venezuela, Bolivia, Paraguay, no lo puedo creer. Eso es el alcance del programa.
Lizy: Lo que yo perdí es el cara a cara. Yo en Twitter pasé de tener 3 mil seguidores a tener 300 mil, entonces hay gente que te reclama que no le contestás porque supuestamente me la creí. Y no. Pasa que a veces no llegás a leer todos los mensajes. Perdés el mano a mano con la persona que te quería, que era muy poca. Esto es masivo. Sentís el peso de tener que hacer el doble para la gente que espera algo de vos. Cosa que antes no pasaba, porque cuando estás en el anonimato hacés tu vida, no te importa nadie más que tu prima, tu tía o tu amigo.
Pedro: Ganar, todo, porque en mi caso no sólo es la popularidad y la fama, sino que me afecta en la vida personal, porque ahí conocí a Paula. Perder, no perdí nada. Quizás que antes laburaba muchas horas como productor y ahora además de bailar y las obras de teatro sigo laburando esas horas. Pero no lo padezco.

-Y en esa masividad, hay que bancarse críticas también...
El Tirri: La verdad, yo soy medio inconsciente con eso. No miro nada. ¿Está mal?
Lizy: Yo, a diferencia del Tirri, nací tuitera. Y tengo que contestar todo. Si alguien me critica, no me enojo, pero se la sigo hasta que la revierta o se quede con su opinión y nos demos un abrazo tuitero. No puedo soportar que la gente me prejuzgue. Y a veces pasa que te agreden porque están buscando la contestación para el retuit. Y yo amo pelearte.

-¿Temen que sea un momento fugaz de fama y tengan que volver a remarla?
Cuba: Yo ni lo pensé, porque no lo busqué. Si pasa, pasa, y si no, ya está. A mí me encanta el trabajo que hago. Estuve 33 años sin bailar, que esté 40 más no me va a cambiar. Lo que no quisiera perder es mi profesión, que es la que busqué y además va a durar toda la vida, porque el pelo siempre crece. Y el que se queda pelado, se saca lo que le queda.
Pedro: Yo trato de disfrutarlo, porque desde el día cero dije que esto era pasajero y que se puede terminar en cualquier momento. Y mi trabajo lo disfruto tanto, que lo peor que puede pasar es volver a ser productor.
Lizy: En mi caso, ya esto es mucho. Yo no estoy rifando mi estelaridad acá. Si esto se termina hoy, me voy a mi peluquería a seguir peinando como lo hago hace 22 años. Esto es un sueño que me viene de arriba, de los costados, de Marcelo, de gente que vio en mí algo que yo siempre supe que tenía, y lo manejaba en el grupo de la peluquería. No me preocupa lo que viene después. Si se puede sostener, mejor, porque yo amo la fama, amo la popularidad y el reconocimiento. Si yo pudiera ser reconocida sin tener que esforzarme, genial.
El Tirri: Qué sinceridad. Muy parecido. Yo he vivido momentos de fama, soy creador y miembro fundador de los Fabulosos Cadillacs. Me agarró de joven y después la perdí. Pero si pudiera ser famoso sin hacer nada, buenísimo. A mí lo que me mata es bailar. A mí me gusta hablar.
Lizy: Para mí, esto es un reconocimiento al esfuerzo. Porque no es que yo pasaba por acá caminando y me dijeron ‘vení, bailá’. Es un reconocimiento a trabajar 16 horas por día, a ser histriónica, a no tener problemas con mi sexualidad, a reírme de mí.
El Tirri: Y acá no se para (mientras habla Lizy, le arreglan un zapato).
Lizy: Es que el secreto es ese. Cuando la rueda gira y no para, es el éxito. Cuando hay un obstáculo, empieza a trastabillar. Cuando el dueño de casa entiende que la situación es piramidal y tiene su energía enfocada hacia la base, no puede fallar nunca.

-¿Se armaron un personaje en base a lo que Tinelli les pregunta cuando están en la pista?
El Tirri: Sabés que mucha gente pregunta: ¿El Tirri es o se hace? ¿Está loco? Yo, más que un personaje, tomé parte de lo que era atrás de cámara, y lo llevé a cámara. Estoy medio pirado: así como me ves, así soy yo. Puedo llegar a estar una hora y media hablando. El me cuida también. En el piso somos una persona.
Pedro: Yo soy tímido, aunque no parezca. Y cuando Marcelo me llamaba al piso para hablar yo entraba en pánico. Entonces no era un personaje, era que tenía miedo de decir una barbaridad y quedarme sin laburo (risas).




Gracias por los scans

NOTA: clarin.com

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