lunes, 16 de enero de 2017

Pedro Alfonso: "Estoy en constante aprendizaje"

Protagoniza Abracadabra, una de las obras más taquilleras de esta temporada en Carlos Paz. Lleva cuatro temporadas, dos películas y el título de campeón del último certamen del “Bailando”, junto a Flor Vigna.
Cada vez que sus padres esperaban un bebé se iban mudando, hasta que llegó el último y quinto hijo y compraron una casa inglesa de más de 100 años. En el colegio, Pedro Alfonso era muy malo, no le gustaba estudiar y se quedó cuatro veces de año.
Vivía con sus amigos en las calles de José Mármol y jugando al fútbol en el club de la localidad bonaerense. De chico, su sueño era ser futbolista, pero cuando se acordó ya estaba en el escenario. Para estudiar actuación y producción tardaba dos horas en ir hasta Buenos Aires, pero él no quería dejar esta pequeña ciudad del partido de Almirante Brown. Hasta que un día tardó tres horas y media en volver y dijo “no, me tengo que mudar”.
Instalado en Buenos Aires, se metió de lleno en la producción de Ideas del Sur. Lo primero fue Aquí Calafate, en 2009, donde hacía de director del spot de ShowMatch. Mientras lo mandaban frente a las cámaras, comenzó una relación con la modelo Paula Chaves, conformando una de las parejas con más rating en la televisión argentina.
Después comenzó con la temporada en Carlos Paz, a rodar dos películas y a concursar durante cuatro años en el programa más visto del país, lo que dio como fruto el cariño y la fidelidad de cinco millones de seguidores en las redes sociales y la copa del “Bailando 2016”.Hoy, a sus 37 años, elige a Mármol y Carlos Paz como sus dos lugares en el mundo.
En una tarde calurosa en las sierras de Córdoba, entre mates, ladridos de Moro y Renata, correteos de la famosa Oli por la casa, Pedro cuenta cómo mantiene su simpleza siendo el actor más codiciado del verano.
–¿Cómo viviste toda esta explosión?
–El primer año, estaba sumergido en Ideas del Sur y no tomaba dimensión. Me chocaba más cuando volvía a Marmol, salía a un boliche y me tenían que llevar a un VIP. No me gustaba. Yo era feliz siendo productor, nunca me mareé con todo eso. Siempre pienso que si alguna vez se apaga la luz, vuelvo a ser productor que es algo que disfruto mucho.

–Como productor, ¿cómo ves el futuro de la TV?
–La TV es compañía. Con todas las redes y la facilidad de ver cualquier cosa en cualquier momento, hay que encontrarle la vuelta, mezclando lo social con lo televisivo. En 2016 yo pensé que iba a ser peor, porque veníamos de un año en que había bajado mucho el número pero, en líneas generales, estuvo bien.
–¿Cómo es tu relación con las redes y la prensa?
–Al principio, yo vivía solo y no me quería contaminar con revistas donde aparecía, de hecho hay bailes que nunca vi. Trato de darle un tiempo a los comentarios, ver un poco qué está pasando, mandar saludos, pero soy muy relajado. Me gusta hacer videos graciosos pero después la repercusión, cero.
–¿Por qué creés que todas las obras en las que participás son las más taquilleras?
–Muchos factores: tenemos un concepto, un código de humor que gusta, el respeto a la gente, la exposición de ShowMatch, personajes originales y figuras convocantes.
–¿Cómo surgió “Abracadabra”?
–Las dos últimas, Marcianos en la Casa y Abracadabra, se me ocurrieron a mí. Caía de maduro con lo que veníamos haciendo de fantasmas y cosas así. Me imaginaba una obra en la cual se pudiera incluir a toda la familia, un castillo donde haya magos, bufones y hechiceros. Nosotros escribimos los personajes en base a los actores que queremos. Sergio Marcos y Martín Guerra la escribieron, pero trabajamos todos en conjunto. La duración es justa. No cansa ni cae nunca, se mantiene siempre arriba. Un timing perfecto y cada personaje tiene su momento. Con el Chato (Prada) y Fede (Hoppe) somos productores de televisión. Y lo del minuto a minuto es fundamental: sale uno, entra otro. Pese a que es difícil y desgastante hacer dos funciones diarias, siempre tiene que salir como el estreno o la última función porque la gente viene una sola vez a ver la obra y hay que darle lo mejor. A mí no gusta hacer fiestas de ego pero sí estar agradecido y no acostumbrarse. Salir a una sala llena es un placer qué hay que agradecer.
–¿“Abracadabra” va a llegar a la calle Corrientes?
–No lo sé, son comedias preparadas para Carlos Paz, después vemos. Me gustaría hacer más gira por el interior, Uruguay, Paraguay, etc.
–¿Cuál es la diferencia entre el público de calle Corrientes y Carlos Paz?
–En Buenos Aires el teatro es más un programa nocturno aparte. El concepto en Carlos Paz es vacaciones, parejas, amigos y familias que vienen a divertirse después de pasar un día en el río. Acá hay muchos guiños de lo que fue pasando durante el año, es la continuidad de los artistas. Pero, si pudiera, haría una para Carlos Paz y otra para Calle Corrientes.
–¿Cómo ves este fenómeno de incluir al mundo artístico no actores a pesar de que pueden ser cinco minutos de fama?
–Está en cada uno. El primer año llegué como productor, después en el teatro nos fue muy bien. Hicimos de nosotros mismos, a la gente le encantaba, pero eso fue un envión para aprovechar, había que crecer y seguir buscando.
–¿Te gustaría hacer drama u otro género?
–Por ahora no, estoy recién empezando. Siempre me gustó la comedia. De chiquito hacía shows sólo para mi familia; soy tímido, nunca me animé a ir a un casting, a esas cosas las sufro. Cuando tuve la oportunidad de hacer Esperanza Mía lo disfruté muchísimo. Arrancar ahí en un mundo que conocía fue una bendición. De ahí salió la dupla con Tomás Fonzi. Más adelante quizás sí, ahora no es algo que me seduzca.
–¿Cine, tevé o teatro?
–Teatro es como mi casa. En la TV me siento más productor. El cine me gusta pero prefiero el teatro, donde aprendí mucho de grandes como Carlos Olivieri o Emilio Disi.
–¿Por qué se separó la dupla que hacías con Emilio Disi?
–Fue un tema más de producción, para renovar las dos comedias que tiene DaBoPe acá. Con Emilio veníamos hace cuatro años juntos. A mí me costó ya que él fue muy generoso siempre. Desde el día cero que yo era un “productorcito”, me trató como un colega. De hecho, el primer año que hacía Despedida de Soltero, mientras yo estaba ensayando muriéndome de los nervios, pasó Emilio y se sentó a ver qué estábamos haciendo. Después me llegó su comentario de que había estado muy bien. Un mimo que no tenía necesidad. Lo extraño. De hecho, ahora estoy en el camarín donde estaba Emilio e hice poner una foto de él. Se siente su ausencia en las salidas. Aunque yo no estoy saliendo de noche.
–¿Cómo compatibilizás la paternidad con la temporada?
–Bien, voy al teatro tipo ocho de la noche y vuelvo a las tres de la mañana. Y después todo el día acá, disfrutando de Oli y Baltazar con Pau.
–¿Qué sentís que te falta?
–Mucho, estoy en constante aprendizaje. Me siento más seguro en el escenario pero sigo aprendiendo.
–¿Cuál fue tu máxima meta laboral?
–El “Bailando” fue una combinación de muchos años y esfuerzos. Más toda la pasión que le puse. Un broche de oro emocionante. Pero fue todo muy rápido. Levanté la copa y al otro día ya estaba viniendo a hacer Abracadabra. La historia perfecta.
–¿Cuál es tu clave del éxito?
–Hacer, estar en movimiento. También, poder decir que no. Me han ofrecido muchas cosas que eran seductoras pero que desvirtuaban mi camino. Hay momentos en que decís “¿para dónde voy?” y sos vos el que tiene que elegir qué seguir.

Para ver. Abracadabra. Con Pedro Alfonso, Tomás Fonzi, Fredy Villarreal, El Polaco, Iliana Calabró, Bicho Gómez, Silvina Luna y más. Martes a domingo en el Teatro Holiday (9 de Julio 53). Entradas desde $ 475 en Autoentrada y puntos de venta. 25 por ciento de descuento con Club La Voz.

Nota : vos.lavoz.com.ar

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