viernes, 14 de marzo de 2014

“Por suerte, en el teatro, me pude divorciar de Peter”

Es uno de los descubrimientos de Marcelo Tinelli y bien sabido es que, cuando eso pasa, las puertas se abren. El oriundo de José Mármol habló con El1 sobre su presente, ese que jamás imaginó.

El destino, a veces, se reserva algunas sorpresas para algunas personas, aunque, claro, por las dudas, hay que estar listo para lo que se quiere o lo que siempre se soñó. Con el mundo televisivo, soñaba de chico Perdo Alfonso y fue en busca de eso, aunque por un camino que no deparaba fama.
Por lo general, ese es el rol del productor de televisión, estar detrás de las cámaras. Pero, en este caso, el detrás irrumpió en escena. Cuando Marcelo Tinelli vio potencial en Pedro Alfonso, uno sus productores en Bailando por un Sueño 2010, no dudó en hacerlo participar a más no poder. Así, fue creciendo la popularidad de Alfonso, quien, en poco tiempo, se ganó el corazón del público y, también, el de quien es su mujer y madre de su hija, la modelo Paula Chávez. Luego, llegaron las notas, las entrevistas, los autógrafos y las temporadas de teatro en Carlos Paz. Hoy, se encuentra allí, en esa ciudad cordobesa, arriba de las tablas del teatro Holiday, junto a Mariano Iúdica, Emilio Disi e Ileana Calabró, al frente de la comedia Mansión Imposible. En una charla con El1, Pedro habló de su presente, de su popularidad y de su nueva vida.

-¿Cómo vivís tu carrera de actor?
En principio, no soy actor. Estoy empezando y tratando de aprender. Para mí, es muy importante trabajar, hoy, con Mariano Iúdica; él es un amigo y yo tenía muchas ganas de hacer teatro con él. Y ni hablar de Emilio Disi; es mi ídolo, siempre vi todas sus películas. Realmente, es un sueño y lo vivo con mucha felicidad.

-¿Estás contento con Mansión Imposible?
¡Muy contento! Tenemos un gran elenco, estamos muy conformes con lo que la ciudad de Carlos Paz nos brinda y cómo nos estuvo yendo, sobre todo, con la comedia, que es realmente un show, tiene muchos efectos; la obra arranca con una película en 3D, estamos fascinados.

-¿Ya te sentís local en Córdoba?
Local, no, pero, sí, me siento parte. Fui el primer año a Carlos Paz sin saber mucho de qué se trataba, ni la ciudad ni hacer temporada de teatro. Nos fue muy bien; durante la segunda temporada, también, nos fue muy bien y, ahora, volvimos con un equipazo, con mucha producción, a un teatro que nos encanta, de los más lindos de Carlos Paz, el Holiday.

-¿Sentís que ya te separaste de ShowMatch?
Yo salí de allí y estoy muy agradecido; de hecho, este año, voy a volver. Pero, por suerte, me pude divorciar de Peter. Después de dos años, ¡me tenía atrapado! (risas). Yo disfrutaba mucho de ese personaje, pero se dio así. Pero, ahora, hago otro personaje que no tiene que ver con Peter.

-¿Lo extrañás?
Un poco, sí. Pero, ahora, puedo jugar más. Antes, a Peter, se le hacían las cosas un poco más fáciles por un lado, pero, por el otro, no se podía tomar algunas licencias. Ahora, soy más libre y, sobre todo, es muy divertido el dúo que hacemos con Mariano (Iúdica). Él conserva su esencia, bien exaltado, y yo soy más tranquilo; tenemos esa cosa de “policía bueno - policía malo” que funciona y es muy divertida.

-Decís que volvés a ShowMatch. ¿Qué balance hacés desde que comenzaste?
No hago balances de mi vida, no pienso en cuando arranqué y en el lugar en que estoy ahora. No lo hago porque no quiero marearme ni decir ‘¡Uy, mirá! ¡Salí en esta revista!’. Trato de disfrutar de todo lo que me va pasando; trato de crecer, de aprender de todas las temporadas de teatro que hice, de escuchar a los que saben. Ahora me toca estar con Emilio Disi, que es muy generoso con los consejos. Creo que de eso se trata, de ir creciendo.
 
-Familia muy normal
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Frente a las cámaras sucedió todo. Pedro Alfonso dio a conocer su cara al país y, también, abrió su corazón a Paula Chávez que, en aquel 2010, estaba participando de Bailando por un Sueño. Frente a las cámaras, su amor fue creciendo y soportando las críticas de aquellos que decían que todo era para subir los números del programa. La prueba más fiel de que todo fue verdadero es Olivia, la hija que tienen en común. Sobre ella y su familia, Alfonso asegura: “Olivia es una felicidad. Se porta muy bien y llora muy poco. No somos una familia de perfil bajo, yo salí del programa más popular del país; nuestro amor se gestó ahí y, cuando salís de allí, la gente te conoce de pies a cabeza, a mí, a mi familia… pero lo vivimos con mucha tranquilidad”.

NOTA: el1digital.com.ar

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