A casi cuatro meses de casados –y cuatro años
juntos–, la conductora de Este es el show (El Trece) y el protagonista
de Casa fantasma –el suceso de las sierras– revelan las claves de un
matrimonio feliz y... ¡a la distancia por primera vez! La crisis que
desató la decisión: “Pensé en renunciar. Me sentí culpable de separar a la familia”. La chispa de los reencuentros: “¡Inolvidables!”. La respuesta a las críticas, el éxito, los celos y los planes de volver a ser padres.
La tarde post reencuentro fue más o
menos así: “En la heladera hay fruta y
gaseosas (nos ofrece en la bienvenida).
Recién volví del súper. ¡Pensé que no
llegaba!”, dice ella con prisa, mientras se
seca el pelo tras una ducha rasante en un día en que la
térmica de Carlos Paz hace creíble que en Dubai pueden
criarse pingüinos.
¿Por qué eligió hacer más de treinta
kilómetros para una compra de tres bolsas? “Y... porque
ahí hay un McDonald’s”, explica él en su entrada al
living, casi de vodevil. “¡¿Podés creer que no fue capaz
de traerme una hamburguesa?!”, remata, intentando
no sólo sacudirse el sueño sino también (y a pesar de la
renguera por el desgarro que le tomará veinte días de
recuperación) abrirse paso entre los juguetes de Olivia.
“¡Papá!”, se sorprende la pequeña, que ya sacó, testeó y guardó (para volver a sacar) todo lo que lleva mamá en el neceser de make up. Paula Cháves (30) y Pedro Alfonso (35) comparten una banana antes de reflexionar sobre la distancia, el primer tópico que surge del comentario “en definitiva, se casaron para separarse”.
AMOR A LA DISTANCIA. “Lo único positivo que podría encontrarle son los reencuentros... ¡Inolvidables! Pero acá las extraño el día entero. Mientras, soy un ‘padre FaceTime’ (aplicación que permite la video-llamada), dice Pedro.
Por su parte, Paula sostiene: “Yo al principio me angustié muchísimo. Lloraba cuando Oli preguntaba: ‘¿Papá?’. Pensaba: ‘¡Por Dios! ¿Qué estoy haciendo por querer conducir un programa! (Este es el show, El Trece)’. Me sentía tan culpable de separar a la familia que hasta consideré renunciar. Tuve varias reuniones en Ideas y charlas familiares, hasta que entendí... ¿Dejaría esta gran oportunidad, y una renovación de contrato, por venir acá a hacer nada? Y viceversa... Al fin y al cabo ¿qué son sólo dos meses y medio en toda una vida juntos? La distancia también se acomoda”.
Y agrega: “Confío ciegamente en mi marido. En las que no confío es en las oportunistas... y en la temporada hay muchas. Jamás le prohibí que saliera, pero quiero evitar que se le peguen por una selfie con la que, al día siguiente, recorran todos los programas. La distancia da para el ‘cuentito’. Me encanta que las minas mueran por mi marido, porque soy yo la que duerme con él. Sí, los dos somos celosos y marcamos territorio”.
ACERCA DEL FENOMENO PYP. “El secreto es la mano de Tinelli. Y además, tiene mucho que ver la sencillez. Somos gente normal, la prima y el vecino de cualquiera... (se distrae mirando hacia la pileta: ‘¡Carmencita, ojo que Oli no tiene protector!’)”, manifiesta Pedro.
¿PAPAS OTRA VEZ? “¡Ya sentimos que tenemos una hija teen! Está tan grande... Pero lo confirmo: a fin de año comenzamos la búsqueda de nuestro segundo hijo”, nos cuenta entusiasmada Paula.
“¡Si no antes! Oli dice cuatro palabras: ‘papá’, ‘mamá’, ‘am’ (a la comida) y ‘¡ná!’ –como respuesta a ‘¿querés tener otro hermanito?’”, cierra Pedro.
Leé la nota completa en la última edición de GENTE.
NOTA: gente.com.ar
“¡Papá!”, se sorprende la pequeña, que ya sacó, testeó y guardó (para volver a sacar) todo lo que lleva mamá en el neceser de make up. Paula Cháves (30) y Pedro Alfonso (35) comparten una banana antes de reflexionar sobre la distancia, el primer tópico que surge del comentario “en definitiva, se casaron para separarse”.
AMOR A LA DISTANCIA. “Lo único positivo que podría encontrarle son los reencuentros... ¡Inolvidables! Pero acá las extraño el día entero. Mientras, soy un ‘padre FaceTime’ (aplicación que permite la video-llamada), dice Pedro.
Por su parte, Paula sostiene: “Yo al principio me angustié muchísimo. Lloraba cuando Oli preguntaba: ‘¿Papá?’. Pensaba: ‘¡Por Dios! ¿Qué estoy haciendo por querer conducir un programa! (Este es el show, El Trece)’. Me sentía tan culpable de separar a la familia que hasta consideré renunciar. Tuve varias reuniones en Ideas y charlas familiares, hasta que entendí... ¿Dejaría esta gran oportunidad, y una renovación de contrato, por venir acá a hacer nada? Y viceversa... Al fin y al cabo ¿qué son sólo dos meses y medio en toda una vida juntos? La distancia también se acomoda”.
Y agrega: “Confío ciegamente en mi marido. En las que no confío es en las oportunistas... y en la temporada hay muchas. Jamás le prohibí que saliera, pero quiero evitar que se le peguen por una selfie con la que, al día siguiente, recorran todos los programas. La distancia da para el ‘cuentito’. Me encanta que las minas mueran por mi marido, porque soy yo la que duerme con él. Sí, los dos somos celosos y marcamos territorio”.
ACERCA DEL FENOMENO PYP. “El secreto es la mano de Tinelli. Y además, tiene mucho que ver la sencillez. Somos gente normal, la prima y el vecino de cualquiera... (se distrae mirando hacia la pileta: ‘¡Carmencita, ojo que Oli no tiene protector!’)”, manifiesta Pedro.
¿PAPAS OTRA VEZ? “¡Ya sentimos que tenemos una hija teen! Está tan grande... Pero lo confirmo: a fin de año comenzamos la búsqueda de nuestro segundo hijo”, nos cuenta entusiasmada Paula.
“¡Si no antes! Oli dice cuatro palabras: ‘papá’, ‘mamá’, ‘am’ (a la comida) y ‘¡ná!’ –como respuesta a ‘¿querés tener otro hermanito?’”, cierra Pedro.
Leé la nota completa en la última edición de GENTE.
Por Sebastián Soldano. Fotos: Santiago Turienzo.
NOTA: gente.com.ar
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