La actriz compone esta temporada a una mucama histriónica y muy
divertida en “Mansión Imposible”, que se lleva los aplausos del público
en cada función. Después de un 2013 muy duro, con el fallecimiento de su
padre, Iliana recuperó la alegría a través de esta comedia que es la
más vista este verano en Villa Carlos Paz.
Iliana Calabró luce espléndida y radiante, enfundada de una bikini
blanca y envuelta en un fino pareo del mismo color. Su cabellera rojo
oscuro flamea con el viento que sopla desde el lago San Roque en el
parador Zebra Beach, donde se realizan las fotos de esta producción para
LA MAÑANA.
Lejos parece estar en esos momentos de “Antonia”, el personaje que
interpreta este verano en la comedia “Mansión Imposible” y que es uno de
los más aplaudidos por el público. Sobre el escenario, esa mucama de la
mansión de Isidoro (el personaje de Emilio Disi) hace de las suyas y
despierta muchas carcajadas.
“La quiero a Antonia y constantamente se me ocurren cosas para
incorporarle al personaje. Ella es muy fresca, muy franca. Martín Guerra
y Sergio Marcos armaron ese boceto desde el libro de la comedia y
después fuimos agregando condimentos con este equipo creativo que hay
detrás de “Mansión Imposible” que está ávido de perfeccionar el
producto, el cual va creciendo en cada función”, comenta Iliana Calabró.
Feliz del equipo de trabajo que se formó en esta obra teatral,
donde comparte protagonismo con Emilio Disi, Mariano Iúdica, Pedro
Alfonso, Fredy Villarreal, Virginia Gallardo, Alexandra Larsson, y
Mónica Fleiderman, la actriz asegura que el público “se divierte desde
que se sienta en su butaca hasta que se va de la sala” de teatro
Holiday. “La gente se cansa de reírse y eso tiene que ver con este
equipo que no es conformista y que continuamente está probando cosas”. - ¿Cómo te sentís trabajando en una sala que lleva el nombre de tu padre, Juan Carlos Calabró?
Yo
siempre digo que él es un angel custodio. ¿Viste que hay cosas que
cuando vienen mal barajadas? Con “Mansión Imposible” pasa todo lo
contrario: vino “angelado” desde todo punto de vista. Más allá de los
dolorosos momentos que en lo personal tuve que atravesar, con la
despedida de mi papá, dí con compañeros que me ayudaron y me apoyaron
mucho en esa instancia.
- Desde aquel “Terminestor”
que te trajo a Carlos Paz hasta hoy en día ¿sentís que el romance con el
público cordobés sigue intacto?.
Hoy hacía la
recapitulación de las distintas temporadas y de verdad siempre me
recibieron con los brazos abiertos. Entré por la puerta grande, con
“Terminestor” de la mano de Jorge Guinzburg y Miguel Angel Cherutti. Fue
una revista que marcó un momento álgido de la revista y su expresión,
hasta ese beso que nos dimos con Jésica Cirio en un momento en el que el
lesbianismo era un tema tabú. Después vino “Revista Latina” que también
estuvimos peleando el primer puesto, “Qué gauchita es mi mucama” y
ahora este “Mansión Imposible”.
- Es verdad que pensabas venir este verano con tu obra “Mi hijo, mi mamá y mi cocina”?
Si,
el año pasado vine a la villa a buscar teatro para traer mi proyecto,
pero finalmente me sumé a esta comedia. Tuve de verdad muchas ofertas
lindas pero yo necesitaba un poco abandonar la comedia dramática que me
llevaba un poco a momentos de profunda emoción a heridas que estaban muy
abiertas y que me estaban haciendo mal en lo personal. Luego de tanto
dolor, todo recorrido en el último año, llegaba un momento en que el
personaje de Gloria en “Mi hijo, mi mamá y mi cocina” se tocaba con esta
Iliana y me hacía mal. Necesitaba volver a la diversión, y ahí vino
“Antonia” que es el contrapunto de la otra; es pura chispa, un colibrí
en celo (ríe).
- “Mansión Imposible” te ayudó a atravesar el duelo…
Hacer
“Mansión Imposible” nos da mucho placer. El compartir las previas y las
cenas después de las funciones nos da mucha alegría. Pero que encima
que esté la sala llena cada noche, es la plenitud. A mí lo que siempre
me gustó es hacer comedia, aún cuando fue recorriendo distintos géneros
para empaparme de ellos y poder crecer como artista.
De hecho hoy
“Antonia” llora, y en las primeras filas la gente ve sus lágrimas, pero
desde una forma histriónica y divertida. De igual manera le pasaba a
Gloria, que lloraba y en lo más profundo de su drama, y la gente se
moría de risa. Esto creo que tiene que ver con esa gimnasia emocional
que tuve con “Mi hijo mi mamá y mi cocina”, lo que hoy permite que
llegue a la comedia desde otro lugar. Estoy agradecida a cada uno de
estos géneros que me nutrieron y que me permiten hoy llegar con esta
“Antonia” a la gente, un personaje lleno de matices que disfrutemos con
mis compañeros y con el público.
NOTA: lmcordoba.com.ar
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